sábado, 28 de mayo de 2011

No es necesario decir

que todo lo que se debía decir

ha sido dicho ya

Ahora es cuestión de actuar
Y se actuará a pesar

de todos aquellos

que no quieren que se actue



El majestuoso reloj cósmico

cabalga impávido, sin prisa ni retraso en una dirección inapelable.

Su maquinaria está lubricada, es perfecta, está a punto.

Ese bello organismo sensitivo late como un corazón.

El corazón de dios, el corazón del hombre.

Ese maravilloso mecanismo recorre en una sincronía perfecta

el infinito tiempo celestial y el infinitesimal tiempo de los hombres.

Ya es casi la hora de la luz, se acerca el mediodía.

Aunque puede llegar de infinitas maneras.

Es mejor aceptar lo inevitable.

Serenamente.